"A veces aflora en mí la pregunta (imposible de responder)¿quién y qué soy yo, y cual es mi historia particular?" (IK)

martes, 14 de junio de 2011

Nada

Mi amor, mi sol, el sentido de mi traza en este mundo...

Si te digo que no quiero nada de ti, es justamente porque hoy me di cuenta de que ¡Lo tengo todo!

En la banalidad de lo real:

Mi mundo comienza cuando amanece tu nombre en mi boca, y gira porque tú me das una razón para respirar cada mañana. No necesito nada, porque pedirte algo más seria como ir a ponerle quejas al sol, para mí basta con que existas, porque tu luz atraviesa la distancia tanto física como temporal. Tú haces brillar todo aquello que topa mis sentidos.

En lo demandante del espacio social:

No necesito nada porque por me basta con ser "TUYA" y saberte "MÍO" no necesito más certezas, contratos ni papeles, no me sirve de nada ningún otro reconocimiento, título o compromiso que aquel que se renueva cada vez que tu mirada me quema la piel y me tatúa tu marca en lo más profundo del alma.
Te amo, y no necesito nada, porque te amo sin juramentos ni ataduras, sin dudas ni cuestionamientos, sin paranoia, ni celos, ni miedo, porque dudar de ti sería como dejar de creer en mis ojos o pensar que mis brazos pueden traicionarme o que mi sangre podría un día escaparse de mi cuerpo. Te amo como amo la vida que corre por mis venas, creo en ti porque si respiro es en los confines de la realidad definida por tu existencia. No necesito nada porque en cuanto a mí respecta al devenir este "nosotros", quien solía ser un "tu" se fundió con mi antiguo y fallido "yo" para convertirnos en un infinito contenido e incluido en la intersección del mundo de lo nuestro.

En lo inefable de lo emocional:

Te amo, porque te amo y porque el tiempo detiene la eternidad en el segundo en que me encuentro en el reflejo de tus ojos. Si supiera que nuestro amor en esta tierra sólo tiene un segundo más de vida, igual habría decidido amarte porque un segundo a tu lado es para mí la completud del universo y porque el sólo hecho de amarte, me autoriza la arrogancia de retar la temporalidad de la humanidad de carne y hueso.
No necesito nada, porque no necesito más que el calor de tus manos en las mías, el aliento de tus besos en mi boca, el resonar de tus palabras en mi cuerpo y el latido de mi corazón dentro de tu pecho.

Te amo en la inconmensurable fertilidad de la nada que da origen y forma al infinito material del universo topológico, real e imaginario.

Te amo en la existencia que desafía a la muerte para dar rienda suelta al apetito insaciable del ser-en-el-mundo. Así mi amor es sujeto de lenguaje y significante del deseo de deseo, de la vida que se rebela ante la muerte para correr irrefrenablemente hacia la completud del vacío que cierra el contenido de su historia y permite que la mitología personal se escriba impresa al saciarse de la muerte.

Te amo en la temporalidad contingente de mi estúpida existencia en este mundo limitado, porque de tu mano olvido la limitación de mi condición humana y por tanto mortal y caduca para aventurarme a caminar por la cornisa y saltar hacia el abismo de la posibilidad de lo imposible y volar conjurada por tus labios.
Soy entonces mujer porque me entrego en el refugio de tu pecho, ahí donde puedo dejar caer mis párpados con tu sueño y me siento segura porque mi hogar está entre tus brazos.

Tuya, porque en el caer de cada noche, me doy cuenta de que podría morir por ti...

Mío, porque al amanecer de cada día, decido vivir para ti...
Nuestro, porque el amor es razón suficiente como para desafiar la inercia del universo en la certeza de que podemos volar porque juntos somos perfectos.

Te amo, por siempre y para toda la eternidad.

No hay comentarios: