"A veces aflora en mí la pregunta (imposible de responder)¿quién y qué soy yo, y cual es mi historia particular?" (IK)
martes, 14 de junio de 2011
Nada
Si te digo que no quiero nada de ti, es justamente porque hoy me di cuenta de que ¡Lo tengo todo!
En la banalidad de lo real:
Mi mundo comienza cuando amanece tu nombre en mi boca, y gira porque tú me das una razón para respirar cada mañana. No necesito nada, porque pedirte algo más seria como ir a ponerle quejas al sol, para mí basta con que existas, porque tu luz atraviesa la distancia tanto física como temporal. Tú haces brillar todo aquello que topa mis sentidos.
En lo demandante del espacio social:
No necesito nada porque por me basta con ser "TUYA" y saberte "MÍO" no necesito más certezas, contratos ni papeles, no me sirve de nada ningún otro reconocimiento, título o compromiso que aquel que se renueva cada vez que tu mirada me quema la piel y me tatúa tu marca en lo más profundo del alma.
Te amo, y no necesito nada, porque te amo sin juramentos ni ataduras, sin dudas ni cuestionamientos, sin paranoia, ni celos, ni miedo, porque dudar de ti sería como dejar de creer en mis ojos o pensar que mis brazos pueden traicionarme o que mi sangre podría un día escaparse de mi cuerpo. Te amo como amo la vida que corre por mis venas, creo en ti porque si respiro es en los confines de la realidad definida por tu existencia. No necesito nada porque en cuanto a mí respecta al devenir este "nosotros", quien solía ser un "tu" se fundió con mi antiguo y fallido "yo" para convertirnos en un infinito contenido e incluido en la intersección del mundo de lo nuestro.
En lo inefable de lo emocional:
Te amo, porque te amo y porque el tiempo detiene la eternidad en el segundo en que me encuentro en el reflejo de tus ojos. Si supiera que nuestro amor en esta tierra sólo tiene un segundo más de vida, igual habría decidido amarte porque un segundo a tu lado es para mí la completud del universo y porque el sólo hecho de amarte, me autoriza la arrogancia de retar la temporalidad de la humanidad de carne y hueso.
No necesito nada, porque no necesito más que el calor de tus manos en las mías, el aliento de tus besos en mi boca, el resonar de tus palabras en mi cuerpo y el latido de mi corazón dentro de tu pecho.
Te amo en la inconmensurable fertilidad de la nada que da origen y forma al infinito material del universo topológico, real e imaginario.
Te amo en la existencia que desafía a la muerte para dar rienda suelta al apetito insaciable del ser-en-el-mundo. Así mi amor es sujeto de lenguaje y significante del deseo de deseo, de la vida que se rebela ante la muerte para correr irrefrenablemente hacia la completud del vacío que cierra el contenido de su historia y permite que la mitología personal se escriba impresa al saciarse de la muerte.
Te amo en la temporalidad contingente de mi estúpida existencia en este mundo limitado, porque de tu mano olvido la limitación de mi condición humana y por tanto mortal y caduca para aventurarme a caminar por la cornisa y saltar hacia el abismo de la posibilidad de lo imposible y volar conjurada por tus labios.
Soy entonces mujer porque me entrego en el refugio de tu pecho, ahí donde puedo dejar caer mis párpados con tu sueño y me siento segura porque mi hogar está entre tus brazos.
Tuya, porque en el caer de cada noche, me doy cuenta de que podría morir por ti...
Mío, porque al amanecer de cada día, decido vivir para ti...
Nuestro, porque el amor es razón suficiente como para desafiar la inercia del universo en la certeza de que podemos volar porque juntos somos perfectos.
Te amo, por siempre y para toda la eternidad.
Soy
Soy latido porque mi corazón vuela desesperadamente para alcanzar tus latidos
Soy piel porque mis sentidos se embriagan con tus besos
Soy palabra porque el verbo ser de mi existencia se conjuga en tu tiempo
Soy cuerpo porque tus manos hacen presencia de mis formas
Soy voz porque tus ansias alimentan mis gemidos
Soy significante porque habito en el intersticio de la discreción de tus sentidos
Soy pasión porque me arrebatas hasta caminar al filo de la muerte
Soy mito porque tu nombre se hace símbolo en mi historia
Soy esencia en el instante en que tus manos se entrelazan con las mías
Soy vida porque tus sensaciones se escriben en el entretejido de mis venas
Soy alma porque tu alma me ha llevado al infinito
Soy tuya porque solo soy si estoy contigo
Te amo
martes, 9 de febrero de 2010
Que el amor sea eterno mientras dure…
Quiero gritarle al mundo que soy tuya, que somos uno para el otro y que juntos respiramos. Habitamos, descubrimos e inventamos un lenguaje de decires que nos conciernen solo a nosotros.
Mi verdad se escribe en las líneas de tus ojos, imprimiste mi piel a punta de sentidos y ya no recuerdo como era mi vida sin tus manos. Me encuentro en tus palabras porque sólo entre tus versos me doy cuenta de que existo; ni siquiera sabía cuan perdida estaba hasta que reflejaste mis silencios. Mi hogar yace en tu pecho.
Te amo!
Tanto que me duele caminar sin tus latidos,
Te necesito aun cuando puedo estar sin que me toque tu mirada.
Puedo vivir sin ti? …
Tal vez, quizás? Quien sabe!!!….
No quiero averiguarlo, temo saber que puedo y que me une a ti mucho más que el aire que respiro de tu aliento…
No quiero!!!
Me rehúso absolutamente a descubrirme sin tus besos.
Estoy loca!
Lo consiento.
Loca porque me desato de la ley que me separa de tu cuerpo, loca porque decidí romper las ataduras que restringen nuestro mundo, loca porque mi realidad se simboliza apenas las palabras se deslizan de tu boca.
Si es que soy apasionada es porque me entrego a tu ternura, a la sutil manera de embriagarme con poemas y perderme entre caricias. Lo inefable de tu encanto me seduce en las promesas que suspiras a mi oído y si escucho cuando ya no estás conmigo es porque sé que te tomas la molestia de contarme entre la ausencia.
Dios! Pasan las horas como si el tiempo no existiera!.. Los minutos se adelantan a decirme que segundo tras segundo pierdo un poco de tu olor sobre mi almohada.
Tengo miedo!
En la sombra mi fantasma se hace eco de estas dudas y me grita desafiante que entregué más de la cuenta y que no debería abandonarme a tu distancia. Que he renunciado al sonido de mi nombre, a la ilusión de sociedad que me tenía prisionera y que al dejar el simulacro de una vida contagiada de apariencias y semblantes construidos me convertí en conspiradora desterrada de este escenario de cortezas.
Por eso arranco…
Quiero bajarme de este mundo.
Escabullirme entre las calles alejadas de tus cartas en mi mesa.
Será que aún me acechas?
Será que aún hay puentes que transiten el intersticio entre angustia y la tortura de mis lágrimas a gritos.
Será que aún me escuchas?
En mitad de la incertidumbre, rompe el sonido de mis pasos al rozar sobre la alfombra.
Escapo a ti, no sé alejarme de tus brazos.
A pesar de todo, estoy enredada en el mito de tu historia.
Estás al otro lado de la noche que marcó el inicio de este diario. Me sostengo en la certeza de que esa madrugada cambió nuestras vidas para siempre.
Así escribo en la memoria de tus manos confundidas con mis dedos y me conjuro en el vacío de mi todo entre tu falta... Aquí afuera te prometo que soy tuya para siempre o por siempre, mientras dure la inmutable eternidad de este amor que construimos.
Es allí donde te espero y donde cuento los instantes sin ser forma en tus relatos...Donde el todo se hace nada mientras sueño con deseos aruñados en tu cuerpo…
jueves, 23 de abril de 2009
Ten cuidado con lo que deseas!
De salto en tropiezo y de tumbo en traspié llegamos al instante inmisericorde de dejarlo atrás, de decirte o decirme; de decirnos o escuchar el ensordecedor silencio de la distancia que se había abierto entre los dos.
Separarnos es probablemente el peor acierto de mi estúpida cordura; dejarte ir me cuesta desde la voz hasta el aliento. Estoy segura de que ésta, es la decisión más difícil que he tenido que tomar en la vida.
Quién diría que esta travesura terminaría costándome tanto…
Aunque…no puedo mentirte, supongo que lo supe desde el primer momento; esa noche de hace más de un año me dejó la aterradora sospecha de que se me acabaron los disfraces, de que tú podías mirar a través de todas mis murallas, amenazabas con apoderarte de mis secretos y de pasito cargar con mi corazón.
Quizá en ese preciso instante, mi sentido de supervivencia debió haber disparado todas las alarmas, pero no. Decidí quedarme inmóvil, congelada entre tu boca y la pared, mientras toda mi energía se concentraba en respirar sin que al hacerlo me explotara el pecho.
Fuiste algo; perdón, alguien tan importante!!!
Pasaste de intrascendente a imprescindible en el parpadear de una mirada, con un solo movimiento remordiste casi todos mis sentidos y me arrastraste hacia tus brazos, perdida en la dimensión en donde existen los sueños.
En el instante infinito del parpadear fulminante de un beso, te encontré y me perdí, sojuzgada al pulsar de tu cuerpo.
Así me encontraba, perdida en la desmedida intimidad de nuestras convivencias, recurrentes transgresoras de la absoluta completud. Allí recurríamos a cuanto artificio pusiese articular la febril avaricia de robarle minutos al tiempo, de detener los relojes al doblar de las campanas que anunciaban al mundo que estábamos vivos porque existíamos juntos.
domingo, 17 de agosto de 2008
Otro jueves a las siete...
Un año de vivir sin existir, de ser sin estar, de pasar sin transcurrir, y de caminar a prisa para llegar a ningún lado.
-¡Un año!– Suspiró asombrada -¡Un año!!!-
-No existen los accidentes– repitió convencida, intentando dar forma a este nuevo rostro que debatía entre la que fue y aquella que nunca más será.
El tiempo había probado no ser el peor de sus enemigos; marcada en las líneas de su rostro llevaba la crueldad de su tristeza atravesada.
Aún no descubría el escondite de su risa, ahora cuando osaba traspasar el umbral de una sonrisa, se miraba a sí misma intentando replicar una forma; un sonido, algo que le diera sentido a la mueca congelada que; pese a todos sus esfuerzos, era lo único que lograba perfilar.
Era tan imposible como regresar en el tiempo, como respirar bajo el agua. Esa misma sensación de haber perdido el aire, de estar ahogándose por dentro sin que ningún otro habitante del planeta percibiera el cambio. Para ella era como si la atmósfera se hubiese quedado sin oxígeno.
-Tú y tu maldita manía de pensar que puedes vivir tu vida sin habitar en ella– dijo, medio triste y medio cansada de odiar tanto al único hombre que en realidad había amado.
Con los ojos llenos de lágrimas que se habían empeñado en no salir; empezó a desenrollar el último dibujo que él le había dado. Cómo pesaba el triste pergamino, cuán complicado era desanudar los lazos con los que ella misma se aseguró de que esa imagen, al menos esa, dejara de atormentarla.
Un doblez más y de abría del todo el paisaje a carboncillo que él había dibujado para ella.
-¡Ay corazón! que difícil me lo haces siempre todo. Desde amarte, hasta complicarme el dejarte ir- exhaló con un suspiro.
Hace tiempo ya que hablaba con su fantasma como si él estuviera junto a ella o amarrado a su cintura; casi al alcance de la punta de sus dedos, al filo de sus labios o quizá medio dormido en las orillas de su mente.
-Era mi dibujo, una idea de cómo se ve la felicidad, mis hilanderas de luna a las que tú les pusiste sombras; sacaste mi luz de tu oscuridad para componer en tus trazos nuestro retrato perfecto...-
Dejando a un lado la pintura, siguió hablando despacito, como si fuera él quien la escuchaba;
-Mi sol, por qué tienes la costumbre de hacerte la vida de cuadritos. ¿Por qué nos tienes tanto miedo???-
Quién diría que lo peor que le puede pasar a un hombre es que sus deseos se hagan realidad. Pobre de aquel mortal que se encuentra con aquello que siempre había soñado; de pié ante la imagen evocada de sus sueños sentirá el peligro de ser realmente amado por la mujer etérea que él adora, y no tendrá otra opción que emprender en retira lo más rápido posible. Después de todo para que ella se materialice entre sus brazos, él tendría que cambiar, crecer, hacerse cargo de su vida y convertirse en alguien un poquito más inmortal.
Puede ser que ella ya lo ame, pero ese hecho no solo que para él no es suficiente, sino que incluso puede llegar a ser aterrador.
Como le había confiado un amigo suyo; -¿Qué me pasa? No tengo ningún problema con acostarme con cualquiera, es más, para mí si es que llega a las 40 libras y con que cruce la calle sola, es suficiente- bromeaba- pero la sola idea de besar a esa chica de la que estoy enamorado… ¡Uy!!!... ¡Me paraliza!-
¿Será verdad? –pensó ella- Será que algunos hombres prefieren mantenerse lejos de la mujer que les mueve el piso, por pura y mediocre cobardía. ¿O será que esto solo te pasa a ti?
-A la final, quién corre en esta historia; ¿tú te alejaste o yo te empujé…?-
domingo, 22 de junio de 2008
Perfectamente equivocada
Puede ser un delirio de certeza, pero me arriesgo a sostenerla; creo en ti como en el aire que respiro, como en el sol que despierta mi piel por las mañanas y me dice que te espere.
Ando en plan de un muerto cuya vida se niega a desprenderse de sus venas y vago por los rincones intentando alcanzar mi propia muerte.
Consciente con la culpa que carcome cada uno de mis trazos, sé que fui yo quien decidió dejarte ir, e incluso reconozco mi crueldad en tu resentimiento. Me duele cada gesto con que desprecié la sinceridad de tus batallas, y me arrepiento de mi arrogancia; no debí, no quería, no era yo la que se empeñó en gritar a los cuatro vientos que ya no me importabas. Me dejé ganar por el miedo de perderte.
Ahora entiendo que mis dudas, fueron siempre solo mías. Tú tenías más seguro el corazón que yo la cabeza.
22.06.08
domingo, 8 de junio de 2008
Mi mal de amores
Escuché en alguna parte que las historias de amor siempre hablan de dos personas que se enamoran, y de cómo termina o comienza su aventura. Pero que nadie hace películas que retraten a quienes como yo, nos enamoramos solas. Será verdad que no se habla de los amores no correspondidos?...
Puede ser. Últimamente parece que esas son las únicas historias que escucho, como si una avalancha de rompimientos, decepciones, frustraciones y mentiras hubiera decidido caerme encima. Todas mis amigas tienen un nombre que al pronunciarlo, inevitablemente las desborda en llanto.
Dios los cría y ellos, o en este caso, ellas se juntan. Cierto?
Pues, esa fue siempre mi historia hasta el día en que te conocí. El nuestro fue un amor de dos, me enamoré contigo y me apasioné de ti, cambiaste mi vida y revolviste mi mundo. Lástima que ahora, esa sea una más de las anécdotas que, con suerte, la gente ya habrá olvidado.
martes, 29 de abril de 2008
Donde comienzan los sueños
Te espero en el impulso
donde comienzan los sueños,
donde nacen las tormentas
y se escriben los recuerdos.
Te entrego mi destino
entre gritos y silencios,
entre códigos que anudan
la eternidad en un momento.
Te miro desde lejos
como quien roba un encuentro,
como si las madrugadas
no me hablaran de tus besos.
Te llamo pese al miedo
sin escusas ni pretextos,
sin decirte que la angustia
me consume hasta los huesos.
Te escribo casi humano,
el peor de mis tormentos,
la mayor de mis certezas;
el amor que muerde lento.
Te leo en los resquicios
que arrancas de tu cuerpo,
y que imprimes en las trazas
ausentes de tus cuentos.
Te siento a pesar mío,
y es que aún te llevo dentro;
todavía me desarmas,
tú y tu ausencia, yo y mi tiempo.
MÍA
25.04.08
jueves, 17 de abril de 2008
La alevosía de tu amor
No soy capaz de cotejar tu realidad con mi fantasía, te amo todos los segundos que se alargan en tu ausencia. Y sin embargo, no quiero verte, o talvez no puedo…
Sé que el momento en que me choque la distancia entre nuestros cuerpos, el mundo, mi mundo habrá cambiado y una parte de mi ser exhalará un suspiro para lanzarse al abismo.
Soy más que nadie, la romántica incurable que cree en las canciones corta-venas, y es justamente esa ingenuidad la que me ataca con uñas y dientes cuando quiero darme cuenta de que me faltas.
No es rudeza de mi parte, ni siquiera ceguera encaprichada. Tampoco empeño, aunque no quiero, no puedo entregarme al masoquismo de gozar llorándote; no me da la piel para enterrarte.
Creo que el conocimiento se limita a una teoría de mi vida ante la cual me niego a darme cuenta.
Soy tuya, sin complejos ni ataduras. Me entrego voluntariamente a un amor sin condición o cercanías. Los límites de lo convencional, de todas formas, nunca me fueron suficientes. No encuentro razón alguna que justifique el renunciamiento, ya que pase lo que pase, nos llevamos demasiado adentro como para pretender que es casi nada.
MÍA
17.04.08
martes, 8 de abril de 2008
La ligera irrealidad de mi vida...
Apenas si sopla el viento y una suave brisa pasa jugueteando por mis cabellos. Llegó el día, finalmente amaneció y aunque no era cierto para todas las madrugadas; este es en realidad el primer día del resto de mi vida.
No sé cuanto tiempo pasó para llegar a este momento. Hace rato que ya perdí la cuenta de las noches, los atardeceres y las mañanas luchando por levantarme, llorando con cada sombra que se esconde detrás de la pared y entregándome de corazón abierto a sentir tu sufrimiento, o quizás a vivir mis sentimientos. Quien sabe…
Lo único que importa es que ya pasó, ya fuiste. Por primera vez desde que recuerdo, ya no me duele tu ausencia. Aprendí a respirar sin tu aliento en mis latidos, dejé de morderme los labios para sentir tu boca y comprendí que hay algunas historias para las cuáles el amor jamás fué suficiente.
Eres y siempre serás, la ligera irrealidad de mi vida.
MÍA
8.04.08
sábado, 1 de diciembre de 2007
El breve espacio en que no estás
Así se escribió esta historia; en la transcripción detallada de un diario inscrito a punta de momentos, instantes que dictaban el latido y marcaban el ritmo de la impresión en tu cuaderno.
Cuando te miro, cuando me tocas, cuando tu boca tortura mis lenguajes, cuando tu ausencia se hace eterna en el segundo en que mis dedos se estiran para tocarte y mis manos te buscan sin respuesta. Eres el fantasma que despierta mis madrugadas y la sombra que se esconde en los rincones de mi alma.
Te amo desde siempre, soy tuya como nunca he sido dueña, ni siquiera de mi misma.
Los minutos me cuentan del vació, la carencia insondable de tu expresión en mi espacio. Estás conmigo; lo sé, jamás podrás dejarme y sin embargo me asusta tu nostalgia.
Disimulo la percepción de tu distancia, de todos modos; la distancia es relativa, al sentido de tu presencia en el relato de mi historia. Mi alma sigue atrapada bajo tu pecho... Me recuerda que compartimos una vida.
Mientras tanto sigo aquí, sentada al filo de la muerte, viviendo en el retazo de mi mundo sobrepuesto al tuyo, escribiendo puentes que acerquen las cercanías de tu piel a mi cama, soñando en la última noche que pasamos juntos y que a veces parece tan lejana que se pierde entre los pliegues de la dimensión del desconcierto.
Por qué dejarme un minuto, si sabes que sin ti me pierdo en la profundidad de mis fracturas? Si tú mismo te has dado cuenta de lo mordiente de mi angustia. Alimentas mi monstro verde cuando demoras en asomarte a mi ventana…
Mi materialidad es propiedad privada de tu realidad concreta. Te extraño porque sin ti, mi imagen desaparece del espejo y un agujero negro termina por tragarse las pocas certezas que le he ganado al desvarío.
Lo siento, creo que me he desvelado demasiado…
No sé, hasta que punto puedo vivir sin que confirmes mi existencia. Mis palabras se detienen si
no alteran tus silencios y mi voz se abandona a la elipsis de tu inercia.
No te mueven mis ojos para quedarte, ni mis suspiros para detener la tortura de tu falta. Talvez ya es muy tarde y no habrá nada que logre borrar tu indecisión de mi memoria. Quizás es todo lo contrario y aquello que se queda fuera de nosotros, ha perdido toda trascendencia…
Ni siquiera has pensado que mi ligera indiferencia es lo único que me mantiene sin correr hasta tus brazos. Si tolero la distancia es porque me he dado cuenta de que, no hay límites que separen las cercanías de nuestros cuerpos, de nuestros deseos.
domingo, 25 de noviembre de 2007
Siempre Tuya, Siempre Mío
Prometo que todo lo que escribo se inspira en tu presencia. Te basta con existir para que se estructure un universo en el vacío, un discurso de dos inconscientes que en su delirio se cuentan enamorados. Habitantes exclusivos de este espacio imaginario, caminantes de éste que se ha convertido en nuestro mundo.
Los decires se confiesan en la rebeldía de mi libertad que se entrega a tu pertenencia. Escribo aferrada a mi imagen en tus ojos, de mis mitos para tus cadenas significantes.
No importa quien responda a la curiosidad de nuestros gritos y entre a esta página para intentar una interpretación arbitraria de nuestra historia; esto es entre tú y yo, de mis significantes a tus sentidos, de mi corazón a tu alma, de mi piel a tus dedos y de mi ser a tus latidos.
Nada más que el todo importa; quiero gritarle al mundo que soy tuya. Soy en tu existencia y se ha marcado el momento de echar luz sobre ésta: mi única certeza.
Amor, eres la inefable razón de mi poesía. Antes de ti había dejado de escribir, tú me devolviste las palabras.
Te amo, me fascina saber que eres el dueño de mis secretos y el único guardián de mis verdades.
En el descuido de la cotidianidad mundana de la rutina, me descubro ajena a la frialdad concreta. Soy mientras tanto un cuerpo sin alma, un significante que se desliza en busca de su sentido.
Estoy-en-el-mundo sin aceptar tu ausencia, para inscribirme aquí, pensándote, soñando con despertar en tus brazos; acariciando a gatito y esperando el día en que no necesite de puentes para esconderme en tus brazos.
Soy mujer porque te arriesgaste a reclamarme, soy sujeto porque estoy atada a la inscripción de tus rituales. Soy a tu lado simplemente una mujer para nada menos que todo un hombre; La mujer entre tus labios.
No soy perfecta si no es en el relato de tu vida, solo en conjunto nuestros mitos personales se vuelven infalibles e irrefutables.
Soy perfecta porque estoy a tu lado,
me miran tus ojos y me sostienen tus manos,
soy perfecta como tú eres perfecto,
porque soy tuya y tú eres mío,
juntos somos completos,
Nuestro amor es un epígrafe de círculo perfecto, un relato mítico de constructos irrepetibles. Un inventario que se convierte en historia, trazada en capítulos que no encuentran finales. Es que el argumento se escribe en el palimcesto de nuestra existencia.
Mientras uno de los dos respire en esta realidad inexplorada, nuestra historia tiene finales que marcan comienzos infinitos. Ni siquiera la muerte marcará el final de nuestros escritos, porque juntos somos, estamos, trascendemos al infinito para seguir amándonos por una y otra eternidad.
Entre tanto, te implico en mi ritual, sujetada al simbolismo de la palabra performadora; Me conjuro aquí y ahora para siempre:
Me entrego a ti! Me entrego a ti! Me entrego a ti!
viernes, 17 de agosto de 2007
Un retazo de nuestra historia...
Una tarde miré el cielo y me enredé en el atardecer apasionado del sol hundiéndose en el mar, saludé a una gaviota y me dejé arrastrar por el último rayito de luz que traspasaba el infinito, seguí la pista de una estela que se perdía en el océano y llegué al confín de mis sentidos para preguntar por el motivo de mi existencia.
- "Síguelo!"
Respondieron las olas rompiendo en un acantilado que sonreía al encontrarlas,
- "Síguelo?", Pregunté, "A quien?"
Dónde se esconde el secreto que descifra la verdad de mis sentidos, dónde pierdo el derrotero de mis dudas...
- "Síguelo!"
Respondió la lluvia que había empezado a bañar mi rostro,
- "Dónde? Cuándo? Cómo?, Quién tiene el secreto que contiene la verdad de mis latidos?"
De pronto un escalofrío me recorrió la espalda y el viento despeinó poco a poco mis cabellos. Volví a mirar al fondo oscuro del horizonte. Anochecía y el tiempo apresuraba la inquietud de mis preguntas.
La angustia embargaba los rezagos de mi alma cuando sentí la tibieza de unos brazos que me rodeaban por la espalda para atraerme hacia su pecho, me quedé congelada en ese instante, para sentir la respiración que estremecía la seguridad de mi verdad irrefutable, mientras algo me advertía que mi vida ya nunca sería la misma, que esa cercanía me cambiaría para siempre.
Intenté huir y subí a prisa las escaleras, pero me encontré escapando hacia sus brazos.
Fue en la imperancia de un momento, fue la sutil violencia de sus besos, fueron sus ojos enganchados a los míos, fueron nuestros gritos que confundían al silencio, fue el amor que encontraba su destino y fue un susurro de la noche que pronunció la sentencia de mi vida:
- "Síguelo!!!"
Repitió la sombra de mi falta, y mi fantasma conspiró con la profundidad de sus vacios;
- "Síguelo, es él tu alma, y tu su latido"